La Atracción

En el primer contacto, la atracción sexual no proviene de la de la personalidad en su conjunto, sino de una característica física o psíquica determinada. Despúes, las comparaciones refuerzan o destruyen la atracción, como resultado final de la combinación del ser real y del modelo interno. En ocasiones, para que surja la atracción es necesario que haya afinidad, es decir, que se dé una operación elección y una satisfacción afectiva condicionada por lo social: desde la diferenciación sexual hasta las empatías a niveles profesional, socioeconómico, cultural e interpsicológico, donde el papel desicivo lo desempeña el ideal personal. A la atracción también se le llama sex appeal, cualidad que no se basa únicamente en los atributos físicos de las personas sino también en la forma de caminar, la cadencia rítmica, la pose del cuerpo, etc. El sex appeal es el arte de atraer que se basa en promesas de gratificación erótica, en tanto que la coquetería es el deseo de agradar y el comportamiento que se asume para lograrlo.

Algunas investigaciones han puesto en evidencia que el promedio de vida del varón tiende a ser mayor si es casado, lo cual se atribuye generalmente al hecho de que el hombre casado suele llevar una vida más tranquila y estable emocionalmente habalando, y también resulta más saludable. En cambio, el varón soltero vive de una manera quizá más agitada y llena de excesos, que incluyen vida nocturna, cambios frecuentes de pareja sexual y mala alimentación, entre otros, lo que redunda en la calidad de su salud.

Los Lazos

Los lazos que unen a una pareja heterosexual pueden ser igualmente sólidos que los de una pareja homosexual. Sin embargo, las parejas formadas por dos personas del mismo sexo pueden considerar que los suyos son más fuertes, debido a que el hecho de tener el mismo sexo les permite comprender más facilmente las características de su compañero; esta situación puede facilitar la intimidad en la pareja.